Hasta el 15 de Mayo
Segovia será un año más la capital mundial de las marionetas, ya que se está celebrando la XXII edición del
Festival Internacional de Teatro de Títeres,
Titirimundi.
De nuevo esta muestra del arte de los titiriteros se extiende a otras ciudades castellano leonesas como
Valladolid, Burgos, Ávila, Salamanca, Soria, León, Palencia, Miranda de Ebro, Aranda de Duero, Medina del Campo y Toro; y además la
Comunidad de Madrid, se deja contagiar un año más para regocijo de niños y mayores.
Por desgracia este año sólo hemos podido pasar un día recorriendo las calles de
Segovia, pero ha sido tiempo suficiente para poder encontrarnos con algunos de los protagonistas de
Titirimundi, un festival dirigido por
Julio Michel que ha dignificado este tipo de teatro presentando a un público fiel, nutrido y crecedero un sin fin de propuestas de calle y escenario para niños y mayores.
Como ejemplo sirvan los siguientes espectáculos:
Devinocomedia y El circo de Madera, de
Karromato (República Checa):En
Devinocomedia, como nos comenta
Quico, se muestran
“diversas escenas cómicas, en las que, con un ritmo vertiginoso y un humor lleno de doble sentido, se sigue el proceso desde que se planta la uva y se recolecta, hasta la elaboración, embotellado y alegre consumo del vino.” Todo ello representado en un enorme barril.
Por su parte
Circo de madera nos acerca a los números de variedades que,
“en el siglo XIX, servían para entretener al público en los intermedios de las representaciones teatrales de marionetas”.Merma nunca muere, de
Joan Baixas (España):
Un montaje de teatro visual de calle con las marionetas grotescas pintadas por
Joan Miró en el cuál, partiendo de la fascinación por el
Ubú rey de
Jarry, se nos habla del esperpento al que puede (y suele) llevar el ejercicio absurdo del poder.
Se lo contó el propio
Joan Baixas a
Leticia Audibert al borde de una fuente.
¡Que viene el Lobo!, de
Kamante Teatro (España):En esta obra, premio FETÉN 2007 a la mejor actriz y al mejor espectáculo, los integrantes de la compañía asturiana
Kamante Teatro nos cuentan las peripecias que tiene que vivir un lobito de zoológico que quiere salir de su jaula y recorrer el mundo. Para ello tendrá que asistir a la Escuela de Lobos Feroces, en la que se licenciará tras comerse a alguno de los personajes de Caperucita o de Los tres cerditos.
Como nos comentó
Luis Vigil,
“es la historia de un viaje, del tránsito hacia la madurez: el protagonista deberá vencer el miedo y llegar al final sin tener que renunciar a su propia identidad.”Vulgarcito y Entre Diluvios, de
La Chana (España):En ambas obras los salmantinos de
La Chana nos muestran la cara menos amable del mundo.
Según nos contó
Jaime Santos,
Vulgarcito “
Es una dramatización muy libre del famoso cuento Epaminondas convertido en espectáculo de teatro de objeto y dirigido a un público infantil y familiar.” La historia de un reino triste en el que vive un niño...
“vulgar, vulgarcito. Ni triste ni mandangas, vulgarcito. Y con pan o sin pan, se llamaba Juan.”En
Entre diluvios “se analizan, a través de pasajes bíblicos (la Creación, el Paraíso, Caín y Abel, El Arca de Noé, Sodoma y Gomorra, el Libro de Eclesiastés) algunos conflictos fundamentales del hombre”.Seas of Organillo, de
Stephen Mottram (Reino Unido):Está inspirado en los libros
“The Aquatic Ape Hipótesis” de Elaine
Morgan y
“A Child is Born”, de
Lennart Nilsson, y en él se nos habla de la vida y la muerte, de la unión del hombre y la mujer, pero desde una visión que mezcla las pinturas de
Max Ernst con las interpretaciones más freudianas.
La música con la que este artistazo británico ambienta
esta narración subacuática es del argentino Sebastián Castagna, y fue creada a partir de algunas grabaciones de un organillo de calle que construyó el mismo
Mottram.
Como veis propuestas gustosas de Teatro de Marionetas, algunas de ellas verdaderamente vanguardistas, en una nueva edición delicatessen de
Titirimundi