Kiosko das almas perdidas (Roberto Oliván)
Hoy se estrena en el Teatro Rosalía de Castro de La Coruña el espectáculo Kiosko das almas perdidas, una producción del Centro Coreográfico Galego y Laboral Escena.
Dirigido por el coreógrafo catalán Roberto Oliván, Kiosko das almas perdidas enfrenta las personalidades de quienes se dan cita en un kiosko vigués en las horas de lo que Marlango denomina la mañana eléctrica (The electrical morning). Prostitutas, gentes que vienen de fiesta, marineros y pescadores... cruzan sus vidas en ese instante y en ese lugar, de modo que “El escenario se convierte en reflejo de la situación metafórica de personas expulsadas, desconectadas y abandonadas de la armonía universal”.
Así, para “mostrar el alma desnuda del ser humano”, el espectáculo nace como un híbrido de disciplinas que mezcla danza, teatro, música en directo, ilusionismo, vídeo y animación.
De la música se encarga Mercedes Peón, que dejó embrujado a Roberto Oliván cuando éste escuchó su último disco Sihá. Con ese punto de partida en lo tradicional, la cantante y gaitera gallega diseña el espacio sonoro de este kiosko acompañada por el acordeonista José Luis Romero, aunque también cuenta con la presencia de su hermano Henrique Peón en el cuerpo de baile.
Roberto Oliván y Mercedes Peón acercaron el Kiosko das almas perdidas hasta La Ciudad Invisible.
Dirigido por el coreógrafo catalán Roberto Oliván, Kiosko das almas perdidas enfrenta las personalidades de quienes se dan cita en un kiosko vigués en las horas de lo que Marlango denomina la mañana eléctrica (The electrical morning). Prostitutas, gentes que vienen de fiesta, marineros y pescadores... cruzan sus vidas en ese instante y en ese lugar, de modo que “El escenario se convierte en reflejo de la situación metafórica de personas expulsadas, desconectadas y abandonadas de la armonía universal”.
Así, para “mostrar el alma desnuda del ser humano”, el espectáculo nace como un híbrido de disciplinas que mezcla danza, teatro, música en directo, ilusionismo, vídeo y animación.
De la música se encarga Mercedes Peón, que dejó embrujado a Roberto Oliván cuando éste escuchó su último disco Sihá. Con ese punto de partida en lo tradicional, la cantante y gaitera gallega diseña el espacio sonoro de este kiosko acompañada por el acordeonista José Luis Romero, aunque también cuenta con la presencia de su hermano Henrique Peón en el cuerpo de baile.
Roberto Oliván y Mercedes Peón acercaron el Kiosko das almas perdidas hasta La Ciudad Invisible.
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