lunes, enero 14, 2008

Las mentiras del Cambio Climático (Jorge Alcalde)

“Este libro está lleno de mentiras y su autor es un fascista hijo de Bush. Lo primero es, ya se lo voy anticipando, parte de la probable respuesta que la lectura de estas páginas provocará en algunos grupos, sobre todo en los activistas del llamado ecoalarmismo. Lo segundo no es más que uno de los insultos reales que yo mismo he recibido cada vez que he hecho públicas informaciones contrarias a lo que Bjorn Lomborg llama la "letanía ecologista".”
Así comienza Las mentiras del Cambio Climático. Un libro “ecológicamente incorrecto” última obra del periodista y escritor Jorge Alcalde editada por Libros Libres.
¿Que de qué va? Cortopego de la editorial:
“Pocos temas relacionados con la ciencia han suscitado tanto interés mediático como el Cambio Climático. Existe un vivo debate sobre esta cuestión que afecta a la mayoría de la comunidad científica. En este libro, Jorge Alcalde recoge las voces de los científicos y políticos que habitualmente no encuentran con facilidad un foro en los medios de comunicación por mantener una postura crítica hacia la versión oficial ecologista. Con la única intención de fomentar el sano debate, el autor profundiza en algunas de los fallos del argumento ecologista más difundido sobre el clima y desarrolla una provocadora teoría sobre el modo en el que la información general se ha dejado impregnar de un discurso ecológico cargado de grandes dosis de pseudociencia. En definitiva, este libro no es más que una llamada al debate crítico en un entorno en el que demasiado a menudo impera el pensamiento único de lo ecológicamente correcto.”
Después de leerlo parece claro que el citado “vivo debate” no existe (al discrepante se le tacha de “negacionista” con todas las connotaciones que eso conlleva), que el movimiento contra el Cambio Climático ha eclipsado importantes cuestiones como la lucha contra la malaria o el SIDA en el tercer mundo, y que lo “ecofashion” se ha impuesto como una nueva tendencia de consumo y pose (que no pensamiento). Sin duda un buen ensayo para quienes, sin dejar de tener conciencia ecológica, mantienen una sana desconfianza ante los políticos.

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